Homenaje a la secretaria municipal de Sondika, Inmaculada Sánchez Urrieta, por su trayectoria profesional

El ayuntamiento de Sondika celebra anualmente el tradicional homenaje a aquellas personas o entidades que destacan por su labor por el municipio y también a aquellas que llevan el nombre de Sondika por el mundo.

Este año, en un acto celebrado este pasado sábado en la kultur etxea, en el que se brindó un emotivo minuto de silencio a las víctimas de la pandemia y a todas aquellos vecinos que han fallecido a lo largo del año, los reconocimientos han recaído sobre Inmaculada Sánchez, secretaria municipal durante cuatro décadas, y al C. D. Hegalariak con motivo de su 25 aniversario.

El alcalde de la localidad, Xabier Zubiaur, reconoció, que si alguien ha representado en el municipio la cabeza fría «aunque siempre en movimiento», esa es Inmaculada Sánchez Urrieta.

Una «trabajadora excepcional» que entró a formar parte del Consistorio en enero de 1983, en una época convulsa que suponía toda una revolución para la gestión municipal tras la llegada de la democracia y la creación de las nuevas instituciones vascas. Nuevas competencias que hubo que ordenar y acompasar con el resto de ayuntamientos en un Sondika «con una gran necesidad de transformación».

Una profesional que además de cabeza fría ha puesto un «inmenso corazón» en cada una de las tareas que le han encomendado con el objetivo de ayudar a los corporativos en su desempeño profesional. Intervino Inmaculada Sánchez que agradeció las palabras de cariño del regidor y quiso acordarse de los integrantes de la junta gestora de Sondika, en especial de su presidente Joseba, que confiaron en ella en aquel enero de 1983 cuando era «joven y novata», así como de los sucesivos alcaldes, corporativos y vecinas y vecinos, y por supuesto de su familia.

Tras una palabras de esperanza a toda la ciudadanía del alcalde sondikoztarra finalizo el acto con un fuerte aplauso a los homenajeados y para todas y cada una de las asociaciones y entidades que conforman el motor de la localidad, ese engranaje sobre el que gira la vida diaria de los y las sondikoztarras.