Fallece el secretario municipal de Fuencaliente Antonio Francisco Hernández Santos

Ha fallecido a la edad de 38 años, don Antonio Francisco Hernández Santos, secretario del ayuntamiento de Fuencaliente de la Palma.

Había nacido el 4 de octubre de 1952 en la Villa de Mazo, hijo de Antonio Hernández Pérez y de María Santos Brito. Su infancia transcurrió en su pueblo natal, en un ambiente de armonía familiar, sólo rota por la prematura muerte de su padre.

Realizó los estudios primarios en el colegio del municipio y posteriormente en el único instituto de la capital palmera. Obtuvo el título de bachiller superior, después hizo el Preu y compaginaba sus estudios con diversos trabajos que ayudaban a a sostener la economía familiar.

En 1974 superó unas oposiciones para oficial de la escala técnico-administrativa convocadas por el ayuntamiento de Villa de Mazo,  tomando posesión el 2 de mayo del citado año, ante el secretario de la entidad local, D. Enrique Aznárez Martín.

Desde ese momento su labor en el Ayuntamiento no se limitó a su cargo de oficial, tarea que realizó durante ocho años y medio, sino que, además, durante largos periodos intermedios (seis años y cinco meses) desempeñó funciones de secretario accidental por diversos motivos.

Tras haber realizado estudios de Derecho en la Universidad de La Laguna, se presentó a las pruebas selectivas  para funcionario de habilitación nacional, subescala de secretaría-intervención en la Comunidad Autónoma de Canarias. Pruebas que superó, asistiendo posteriormente al curso selectivo celebrado en Madrid, y figurando, a partir del 1 de julio de 1989, integrado en la mencionada subescala.

Tras el concurso de traslados obtuvo plaza definitiva en el Ayuntamiento de Alajeró, a donde se trasladó con su familia. Sin embargo, el 24 de julio de 1989, en contestación al escrito del alcalde de Fuencaliente de La Palma, de 30 de junio del citado año, fue autorizado para una comisión de servicio a la plaza de secretario.

Antonio regresó entonces a su isla natal, aunque no cesaron sus relaciones con el Ayuntamiento de Alajeró, al que siguió asesorando en asuntos de intervención.  Su estancia en el Ayuntamiento de Fuencaliente de La Palma constituyó el mejor momento de su vida profesional, lo cual le llevó a asistir a numerosos cursos, que compaginó con su familia y dos grandes aficiones: los coches antiguos y la agricultura.

Descanse en paz.