El secretario municipal de Petra acusa a los ediles del PSM de «mobbing y terrorismo laboral»

El secretario del Ayuntamiento de Petra, Francisco González Benito, ha advertido oficialmente al alcalde, Joan Font i Massot, que le denunciará ante el Juzgado por sendos delitos de «lesiones y coacciones» si no pone fin a la la situación de «acoso psicológico y terrorismo laboral» a la que afirma sentirse sometido por parte de los concejales del PSM que integran la mayoría de gobierno.

En escrito presentado ante el Ayuntamiento el pasado día 13, el secretario expone todo un muestrario de prácticas de mobbing que asegura sufrir en lo que constituye una convivencia diaria insostenible con el actual equipo de gobierno. Desde que tomó posesión de su cargo en 1999, afirma, viene siendo objeto «en esta Corporación de tratos vejatorios, desconsiderados e incorrectos por parte de políticos y empleados nacionalistas. Lo cual ha sido reconocido y advertido, incluso, por varios concejales del Ayuntamiento.

Todo ello, sin que el alcalde haya incoado ningún expediente sancionador, a la vista de las denuncias presentadas, como correspondería en derecho».

«Trato vejatorio»

El escrito del pasado día 13 es el último de una larga serie de instancias en las que reclama al alcalde que tome cartas en el asunto. En caso de que esta vez también haga oídos sordos a su petición, advierte, se dedicará a hacer «llamadas constantes» desde su puesto de trabajo «al Juzgado de Instrucción, la Fiscalía, la Delegación del Gobierno, la Conselleria del Interior, la Policía Nacional [que salvo emergencia acuciante no tiene competencias para actuar en Petra] y la Guardia Civil hasta lograr la protección efectiva a mi derecho fundamental a la integridad física y moral frente a los malos tratos».

Francisco González exige al alcalde que ponga en marcha un «protocolo de intervención antimobbing contra el hostigamiento psicológico en el trabajo», que incluya un código de buenas prácticas para todo el personal del Ayuntamiento (tanto políticos como funcionarios) y el correspondiente régimen sancionador para quien lo infrinja. Todo ello, acompañado de las debidas medidas preventivas pues teme por su propia integridad física ante posibles «agresiones de carácter violento».

Inspección de Trabajo

González ya denunció esta situación el pasado 5 de mayo, así como el 10 de febrero y el 10 de mayo de 2002, en otros tantos escritos dirigidos al alcalde, al que considera responsable, como mínimo por omisión, de los «malos tratos psicológicos» que viene sufriendo. Ahora reclama al primer regidor que le facilite copia de todas las resoluciones que haya adoptado a raíz de sus quejas para garantizar su protección y dignidad. En caso contrario, advierte, pondrá a disposición del Juzgado de Instrucción todos los «documentos probatorios de los delitos imputados».

Francisco González también viene reclamando reiteradamente al alcalde que adapte su puesto de trabajo a la dolencia lumbar que padece, acreditada por un informe del médico de cabecera, que la pasada primavera le obligó a pedir la baja durante dos meses. Pide algo tan sencillo como una silla que le permita mantener una postura correcta de su columna vertebral.

Tras interponer una reclamación ante la Conselleria de Trabajo, los inspectores le dieron la razón y el 16 de abril instaron al Ayuntamiento a ofrecerle unas condiciones adecuadas, pero también este requerimiento ha sido desatendido.