Colectivo Arguayo y Club Baloncesto Guaninfa

Carlos Andrés Rodríguez-Figueroa Sánchez, secretario del Ayuntamiento de Santiago del Teide durante veintiocho años, fundador del Colectivo Arguayo y de la Revista Chinyero falleció el 18 de Octubre de 2008, dejando una imborrable huella en cuantas personas tuvimos la fortuna de conocerle y de participar en sus iniciativas y proyectos.

Su extraordinaria energía y vitalidad para descubrir y valorar aspectos inéditos de la cultura canaria, para fomentar el deporte entre los jóvenes y para salvar del olvido la riqueza de la tradición oral de nuestros mayores, no dejó indiferente a nadie.

Carlos nació en Santa Cruz de Tenerife el 4 de noviembre de 1954. Realizó sus estudios, tanto primarios como secundarios, en el colegio La Salle-San Ildefonso de Santa Cruz de Tenerife y los universitarios en la Universidad de La Laguna, donde se licenció en Derecho en 1977.

Su deporte favorito, ya desde muy pequeño, fue el baloncesto, comenzando con el equipo del colegio Náutico La Salle en las categorías infantiles y luego en las juveniles, posteriormente en el junior del Kaiser, y, en la temporada 1971-72, en el sénior del Centro Victoria de La Victoria de Acentejo, donde hizo grandes amistades.

En 1977 se incorpora al servicio militar, y una vez realizado el período de instrucción en Almería, es destinado a la Policía Militar de Melilla .Allí saca el título de entrenador de baloncesto y se convierte en el entrenador del equipo de minibasket del Colegio Nacional Reyes Católicos, con el que consigue ganar el I Torneo San Gabriel en San Adrián del Besós (Barcelona).

Finalizado el servicio militar se traslada a Madrid para preparar las oposiciones al Cuerpo Nacional de Secretarios-Interventores de la Administración Local, que aprobó en 1980 con el número dos de su promoción.

En la adjudicación de destinos solicita en primer lugar el Ayuntamiento de Garachico, porque era el pueblo que más le gustaba de la Isla, sin embargo le conceden el de Santiago del Teide (publicada en BOE 21 de mayo de 1980).

El 26 de mayo de ese año tomó posesión como Secretario interino de este Ayuntamiento, siendo alcalde don José Antonio Navarro Díaz. Su primera intención era pedir traslado cuando tuviese una oportunidad. Sin embargo, el 21 de agosto de 1981 toma posesión del cargo como Secretario en propiedad, y aunque tuvo posibilidades no volvió a participar en ningún otro concurso de traslados.

Durante sus 28 años en Santiago del Teide, no sólo ejerció ejemplarmente su labor profesional sino que, como amante de la cultura popular, fomentó el rescate de las tradiciones del municipio, para lo que fundó el Colectivo Arguayo en 1982, junto con Domingo Javier González Rodríguez, Jaime Gorrín Curbelo y Enrique Pérez Alegría.

Durante los primeros días de su destino en el Ayuntamiento de Santiago del Teide se hospeda en la única pensión más próxima, que se encontraba en Tamaimo. Trasladándose luego a un apartamento en Playa de la Arena, que se convierte en su residencia definitiva.

El 11 de septiembre de 1985 se casa con una compañera de trabajo, Mónica Antonia Gorrín Martel, con quien tiene dos hijos. Ella le acompañaba mucho fines de semana, cuando necesitaba buscar documentación para la Revista Chinyero, a la biblioteca de la Universidad, la hemeroteca, etc., como también a las entrevistas que hacía a gente de Tamaimo y Puerto de Santiago.

Rescatar la memoria de la única alcaldesa que ha tenido el municipio, doña Concepción García Suárez, que vivía en San Miguel, fue todo un descubrimiento para los vecinos del municipio.

En Santiago del Teide su afición por el baloncesto se ve defraudada por no existir equipo, careciéndose incluso de canastas. Por ello, y con el entusiasmo de Jaime Gorrín Curbelo, consigue que la empresa constructora local J.P. Fulda S.A. le done dos tableros y la reparación del polideportivo de Tamaimo, el cual se encontraba en un estado de total abandono. En 1982 y una vez conseguida la mínima infraestructura, imparte un curso a los alumnos del Colegio de EGB Santa Ana de Tamaimo, que es el embrión del futuro equipo. Con algunos amigos, como Fidel Alfredo González (Fredo) y José Manuel Delgado (Meme) forma un equipo que participa en partidos amistosos del sur de la Isla. Junto a Javier Velázquez, en el verano de 1983, y con un camión propiedad del Ayuntamiento de Granadilla, llevan dos tableros de baloncesto a todas las fiestas del Sur de la Isla, donde promueven este deporte. Al conseguir formar un grupo de amigos que se divertía jugando al baloncesto decidió constituir un equipo permanente para jugar partidos amistosos con otros equipos del sur de la isla. En honor a las dos montañas de Tamaimo, Guama y Ninfa, “testigos mudos y fieles del acontecer histórico del pueblo sureño de Tamaimo” se denominó al equipo: Club Baloncesto Guaninfa.

En la temporada 1985/86, el Club Baloncesto Guaninfa – Tamaimo es el primer equipo federado del suroeste de la Isla, siendo su entrenador hasta la temporada 1991/1992. El Club Baloncesto Guaninfa fue en definitiva el pionero de este deporte en el suroeste de Tenerife, manteniéndose su continuidad con la Escuela de Baloncesto de Santiago del Teide.

Con el Colectivo Arguayo, como ya dijimos, promovió el rescate del Centro Alfarero de Arguayo y fundó la Revista Chinyero, de la que se han publicado cuatro números. Con este grupo y con Marisa Alcalá Boces se publicó una recopilación de versos recogidos de la tradición oral de Santiago del Teide y titulada “Versos junto al fogal”.

En el año 2003 se realizó una recopilación de antiguas fotografías publicada con el título de “Santiago del Teide. Siglo XX. Imágenes para el recuerdo” .A través de la Revista Chinyero y de diversas actuaciones se ha tratado de rescatar la memoria de la cestería en El Retamar, con la colaboración de Domingo Dorta Hernández, que ha terminado por incorporarse al Colectivo. Otra de las actuaciones ha sido la del rescate de los telares de Tamaimo y de las tradiciones pesqueras de la costa.

Dentro del interés por la cultura popular, otra de las actividades que fomentó fue la del deporte del senderismo, para lo que promovió la recuperación de los antiguos caminos.

Carlos fue una persona con el don de ser líder, con carisma, incluso con la acepción que da la Real Academia para esta palabra: don gratuito que Dios concede a algunas personas en beneficio de la comunidad. Porque si de Carlos debemos hablar es, precisamente, por la huella que dejó en quienes tuvimos la suerte de conocerle y participar en sus iniciativas y proyectos, siempre, en beneficio común.

Tuvo la innata intuición de saber rescatar lo verdaderamente valioso de las personas, de los pueblos, de las circunstancias. Con una generosidad absoluta, sembrando optimismo, con proyectos ambiciosos y a la vez con bases sólidas, partiendo siempre de lo cercano y sencillo.

Villa Histórica de Santiago del Teide, a octubre de 2013.

Colectivo Arguayo