El secretario del Consejo comarcal del Bierzo, José Alfonso Álvarez, se jubila
José Alfonso Álvarez (Pipo), secretario del Consejo Comarcal del Bierzo, se jubila. Y por este motivo, compañeros y amigos de José Alfonso celebraron ayer una comida en el restaurante ponferradino La Casa del Botillo. El acto sirvió para homenajear el servicio que el secretario ha prestado a la institución durante más de 13 años.
La jubilación le ha pillado casi de «imprevisto» al propio protagonista quien asegura que pese a sus 70 años todavía no ha asimilado que ya le toque retirarse. «Ya tengo 70 años aunque ni yo mismo me lo creo. Aún no he tenido tiempo de asimilar que me jubilo. Aunque echaré de menos el Consejo sé que es una etapa más de la vida que hay que afrontar».
En el transcurso del pleno, celebrado anteayer, el presidente, Ricardo González Saavedra, le hizo entrega de una placa en reconocimiento de los años dedicados a la labor de secretario. Destacando que José Alfonso Álvarez lleva tantos años trabajando en el Consejo que ya no se puede distinguir cuál es la institución.
Y es normal que a Jose Alfonso le cueste desvincularse de la entidad ya que se podría llegar a decir que ambos «se criaron juntos». Y es que Pipo ha estado presente en todas las etapas del Consejo desde su nacimiento. Se constituyó el Consejo Comarcal en el mes de julio del año 1991. En noviembre de ese mismo año Pipo llega a la entidad como «cargo acumulado», compatibilizando su función en el Consejo con el puesto de secretario que ostentaba en el Ayuntamiento de Villablino. Así fue como Jose Alfonso se convirtió en el primer funcionario del órgano pero también en su empleado número uno. «Fuí el primer funcionario y el primer empleado del Consejo. Cuando yo llegué el ente comarcal sólo estaba compuesto de los cargos de Presidente que era Francisco Alfonso y el de vicepresidente, que recaía por aquella época en Pedro Nieto».
Durante sus más de 13 años al servicio del Consejo Alfonso Álvarez no recuerda haber vivido ningún mal momento sino que al contrario califica este periodo de tiempo como una época llena de «buenos ratos» y «gratos recuerdos» en lo que las situaciones malas no tenían cabida. «Nunca tuve ningún problema, ni ha habido épocas malas. La verdad es que ha sido un orgullo para mí trabajar en esa institución». Aunque todavía no se ha parado a pensar que hará desde que se jubile ya baraja varias posibilidades. Inicialmente vivirá el día a día, seguirá con la lectura de boletines y artículos y prácticará alguno de sus hobbies como el pirograbado. Tampoco descarta realizar alguna que otra exposición con todas sus obras.