El ayuntamiento de Totana rinde homenaje a Ismael Narros Álvaro, secretario municipal en el periodo 1981-1988
El pleno de la corporación rindió ayer un emotivo homenaje a D. Ismael Narros Álvaro, un acto al que asistió su familia y en el que su viuda, Dña. Concepción Montosa Hidalgo, recogió de manos del Alcalde, Alfonso Martínez Baños, un pergamino en el que se hace constar el reconocimiento de la corporación y del pueblo de Totana a su marido.
Desde la Alcaldía se ha considerado de justicia recordar y reconocer la inestimable aportación que supuso para este ayuntamiento el trabajo de D. Ismael Narros Álvaro, hombre íntegro y cabal, al que «podemos recordar aquellos que hemos tenido la suerte de conocerle, aunque ya en el ocaso de su vida, como un gran profesional, enamorado de su trabajo, que realizaba con absoluta responsabilidad», apuntó el Alcalde. D. Ismael, segoviano de nacimiento, venía de prestar sus servicios en el Ayuntamiento de La Jineta, en Albacete. Tomó posesión de su cargo en Totana el día 11 de septiembre de 1981, asistiendo por primera vez como Secretario de la Corporación en el Pleno del 24 de septiembre del mismo año. Pronto se responsabilizó de la Intervención Municipal, puesto que mantuvo durante tiempo junto al de Secretaría. También asumió la función de Secretario desde la constitución de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalentín, en la que desempeñó un papel decisivo. La importante labor de D. Ismael y su contribución profesional de asesoramiento a la corporación municipal y de fedatario público en aquellos primeros años de restauración democrática, unida a su incuestionable carácter moderador y de hombre afable, amigo de todos, supuso un verdadero ejemplo para empleados y responsables políticos, de los que supo ganarse el afecto, y sobre todo, el respeto y la admiración. En agosto de 1987 enfermó de una grave dolencia que le apartaría parcial y ya casi definitivamente de su trabajo, aunque a pesar de su delicado estado aprovechó sus momentos de mejoría en no descuidar su enorme afán al trabajo, al que se entregó hasta que sus fuerzas le permitieron. Murió en diciembre de 1988.
