Carta abierta de Alberto Gil García, secretario del ayuntamiento de Llerena
Alberto Gil, Secretario del Ayuntamiento de Llerena finaliza sus funciones en esta administración por lo que desea despedirse y agradecer a todos los llerenenses, Corporación Municipal y trabajadores del ayuntamiento, el tiempo trabajado en esta ciudad.
Haber desempeñado durante algo más de cuatro años el puesto de Secretario General del Ayuntamiento de Llerena es para mi un motivo de orgullo y un honor.
Con motivo de mi traslado a otro municipio, y ante la imposibilidad de hacerlo personalmente con cada uno de vosotros, quiero daros las gracias públicamente a quienes hasta ahora habéis sido mis compañeros de trabajo en el Ayuntamiento de Llerena, por el exquisito trato que siempre me habéis dispensado y por la ayuda que en todo momento he recibido. Ciertamente me he sentido cómodo entre vosotros y sé que os voy a echar de menos. Aunque frecuentemente el trabajo genera estrés y tensiones, me quedo con los buenos momentos, que han sido muchos.
Asimismo quiero mostrar mi agradecimiento a todos los miembros de la Corporación, incluidos aquellos que no han repetido en la presente legislatura, por el respeto y consideración que habéis tenido con mi trabajo y la paciencia y benevolencia de la que habéis hecho gala con mis errores. En estos cuatro años he comprobado personalmente que por encima de las diferencias ideológicas, vuestro compromiso ha sido siempre Llerena. Y eso hace a Llerena diferente y mejor, y la convierte en un ejemplo a seguir para otras Corporaciones.
Igualmente quiero agradeceros a todos los llerenenses la amabilidad y la corrección con que me habéis tratado, y ello pese a que no siempre la administración municipal, la más cercana, puede atender vuestras demandas o dar solución a vuestros problemas.
No debo despedirme de vosotros, compañeros del Ayuntamiento, miembros de la Corporación y llerenenses en general, sin pediros disculpas si en algún momento he dicho o hecho algo que os haya molestado, o de algún modo os he defraudado. Lo siento sinceramente y tened por seguro que no ha sido esa mi intención.
Finalmente, permitidme una petición, que también hago extensible a todos, y que confío atenderéis: que brindéis a quien me sustituya idéntico trato del que he disfrutado yo. Estoy seguro de que lo haréis. Hasta siempre. Alberto Gil García.