Alfred Lacasa dejará el Ayuntamiento de Granollers el 31 de mayo

FUENTE:   www.revistadelvalles.com

 

Alfred Lacasa dejará el Ayuntamiento de Granollers el 31 de mayo

El secretario municipal, Alfred Lacasa, va a cambiar de aires. La experiencia de Granollers no le ha gustado. El uno de octubre del pasado año sustituyó a José María Amorós. El hombre venía de ocupar dos años la plaza de secretario de Manresa. Vive y tiene la familia en Tossa de Mar, así que Granollers, por situación geográfica le venía perfecta. Y a Josep Mayoral le pareció el candidato perfecto, tanto por el talante personal percibido en su primera entrevista, como por los informes solicitados a los ayuntamientos en los que había estado: Manresa y Badalona, ambos con alcaldes socialistas en gobiernos de coalición. A Mayoral le advirtieron, eso sí, que Alfred Lacasa era un secretario metódico por formación y celoso en el cumplimiento de la ley. Al alcalde ya le pareció bien.

Llevaba dos meses en el ayuntamiento cuando el de Badalona le tentó para ocupar la plaza de vicesecretario (la plaza de secretario está vacante de manera permanente). La oferta era tentadora, no sólo por lo que supone de mejora económica, sino porque Badalona es su escuela profesional como secretario. Sólo tenía 24 años cuando recaló en aquel ayuntamiento. Cinco intensos años profesionales en los que empezó de becario y salió con el Máster de Derecho Público, teniendo como maestro indiscutible a José Miguel Torre Marín y Ponce de León, toda una institución del Derecho Administrativo.

Badalona ha sido su escuela. Se entiende que esta oferta le tentara, pero sólo llevaba dos meses en Granollers y marcharse tan rápido sonaba a espantada. Sin embargo, poco a poco, mes a mes, lo que ha estado viendo en Granollers le ha ido acercando a Badalona. A diferencia de Manresa donde que su papel como secretario estaba por encima de la lucha partidista, se encontró que aquí el secretario estaba en el centro del campo de batalla y con fuego real.

LUCHA PARTIDISTA

Entró y se encontró encima de la mesa el informe del anterior secretario Amorós que indicaba que las asignaciones económicas que el ayuntamiento estaba ofreciendo a los ediles no se adecuaban a la ley. El informe no era suyo, pero lo asumió como propio, porque la ley no es interpretable. Seis meses este espinoso asunto estuvo encima de la mesa pendiente de resolución. En el último pleno de marzo se aprobó con un generoso incremento general.

El siguiente asunto que se encontró fue el de las facturas telefónicas que CiU exigía al equipo de gobierno para saber el uso que los concejales hacían de los móviles asignados. El informe también de Amorós era taxativo: la información no vulnera el derecho a la confidencialidad, porque va a cargo del erario público. Al final, el gobierno cedió con una fórmula intermedia. Entregó los recibos, pero sin dar el nombre de los titulares. Lacasa acababa de llegar y tenía que torear con estos mihuras; Y los mihuras no han dejado la plaza en estos meses: que las modificaciones de los puestos de trabajo de los funcionarios y el personal laboral deben ser aprobadas en el siguiente pleno ordinario y no concentrarlos, como es práctica común, en la Casa Gran fue un buen ejemplo de hasta qué punto lo que dice el secretario no es lo que se acaba haciendo. Los fuertes aumentos salariales para los cargos de confianza tenían que haberse llevado al pleno de febrero, pero se dejaron para marzo para dejar pasar las elecciones generales. La oposición se quejó, y el secretario quedó entre los dos fuegos, porque sabiendo que la oposición tenía razón no podía hacer un feo al gobierno municipal.

No vayan a creer que a resultas de estas tensiones Alfred Lacasa se llevara mal con el alcalde, porque una de las cualidades de Lacasa es generar simpatía a su alrededor. No es eso. Mayoral reconocía que estaba ante un hombre riguroso en el cumplimiento de la Ley y en todo político que sea honesto, esto es una garantía. Pero Lacasa no estaba acostumbrado a estas tensiones y no le gustan nada. Así que poco a poco fue decantándose por la oferta de Badalona.

NUEVO DESTINO

El uno de abril decidió comunicárselo oficialmente al alcalde. Le explicó que él se encontraba a gusto y bien en Granollers, pero que no podía desaprovechar la oportunidad de ocupar la plaza en la tercera ciudad más importante de Catalunya con sólo 32 años de edad. «Badalona es mi casa», le dijo. Mayoral al ver que la decisión era firme, no tuvo más remedio que aceptarla, pero le pidió dos meses de tiempo para buscar un sustituto: Alfred Lacasa estará hasta el mes de junio. Durante tres semanas el alcalde se guardó la noticia y esperó a la junta de portavoces del pasado 23 de abril para comunicar a la oposición que el secretario dejaría el Ayuntamiento de Granollers, porque había recibido una muy buena oferta profesional por parte del Ayuntamiento de Badalona.

Ahora el siguiente capítulo de esta historia es conocer el nombre de su sustituto, pero tiempo habrá para contarlo