La importancia de la interpretación

Se recibe en la Alcaldía un sobre cerrado con una nota manuscrita del procurador sobre la notificación de una sentencia dictada por el Juzgado de lo contencioso-administrativo. Por ignorancia o urgencia, la nota no presentaba signos de puntuación.

La Alcaldesa le entregó la nota al Conserje y le pidió que la llevase al Secretario General, al Interventor y al Teniente de Alcalde para que le ayudasen a resolver el alcance exacto de la nota del procurador. Al día siguiente se reunieron en el despacho de la Alcaldesa para tomar medidas.

La nota decía literalmente, sin signo alguno: «El juez ordena a la alcaldesa que cuelgue la bandera no apelaremos jamás cumpliremos la sentencia».

Pero veamos cuales fueron las distintas y sorprendentes interpretaciones que ofrecía el texto.

– El prudente Interventor General puso los signos de puntuación y precisó: «El juez ordena a la Alcaldesa que cuelgue la bandera. No apelaremos jamás. Cumpliremos la sentencia«.

– El impulsivo Secretario General puso los signos de puntuación y precisó: «El juez ordena a la Alcaldesa que cuelgue la bandera. ¡No!. ¡Apelaremos!. ¡Jamás cumpliremos la sentencia!«.

– El indeciso Teniente de Alcalde puso los signos de puntuación y aportó su criterio: «¿El juez ordena a la alcaldesa que cuelgue la bandera?. ¿No apelaremos?. ¿Jamás cumpliremos la sentencia?«.

Mientras tanto, el laborioso Conserje se entretuvo con la nota y le puso el signo de puntuación que consideró oportuno, hasta que se cansó y pasó a la reunión la siguiente nota con sus conclusiones:

Puede que diga: «El juez ordena a la Alcaldesa que cuelgue a Lavandera o a la banda entera». Aunque de lo que estoy segurísimo es de la frase inicial: «El juez ordeña a la Alcaldesa» .

En este punto, otro papelito con membrete judicial se cayó del sobre, y la Alcaldesa leyó en mayúsculas de puño y letra del juez: «CONDENAR A LAS COSTAS». Enfurecida, lo rompió, y mandó que se cumpliese lo allí dispuesto. El Interventor ordenó las letras de los papelitos y a regañadientes cumplió tramitando el pago por la Tesorería. El Secretario General se llevó las letras sueltas, y en su despacho, tras leerlo con alborozo se marchó a cumplir con el mandato tal y como resultaba la reconstrucción de las palabras: «ACOSTARSE CON DOS NENAS».