Secretarios funcionarios habilitados: un problema en Navarra

POR FRANCESCA FERRER GEA – Domingo, 28 de Octubre de 2018 –

Adía de hoy, ser en Navarra secretario habilitado llega a convertirse en un problema personal. Sin opciones a la carrera profesional tal como establece la Constitución.

Ocurre desde que alguien ideó, allá por 1990, que en Navarra se debía reestructurar el mapa local para hacer más eficientes las labores de secretaría e intervención.

Pero lograrlo se dejó a voluntad de los ayuntamientos. Dependiendo así de unas virtuales agrupaciones la ciclópea tarea de reestructurar el mapa local. Ya todos sabemos que eso era una quimera pues nadie tolera ver menguada su parcela de poder;a veces mínima.

Así llegamos a 2005 en incesante sucesión de reclamaciones del Colegio de Secretarios de Navarra para que fuese reconocida la movilidad. El Defensor del Pueblo propuso que se convocaran procedimientos de provisión de puestos de trabajo de secretarios e interventores de Navarra para ayuntamientos que tuvieran cierto nivel poblacional. Recogiendo esto, se modificó la Ley 6/90 de la Administración Local que posibilitó la convocatoria de un procedimiento de provisión de puestos de trabajo.

Quiá, siendo Navarra un patio de vecinos donde cada uno solo limpia su rellano, tal convocatoria fue anulada por el Tribunal Constitucional: Oh, qué bochorno, era una convocatoria restringida.

Sin embargo, esa convocatoria posibilitó por primera vez, ah qué triunfo, la movilidad de los secretarios habilitados. Si bien no hubo nuevos nombramientos. Cachis.

Y vuelta otra vez al cómodo hábito de la paralización;oca, no tiro porque no me toca. Hasta 2012 nada menos.

Siete años después se aprobó la L.F. 4/2011 con otra convocatoria de provisión de puestos de trabajo: puesto de secretario para plazas vacantes en ayuntamientos de municipios de 2.000 habitantes;interventor para los municipios de 3.000. Esta no fue anulada, mira tú qué bien. Se convocaron muy pocas plazas por cuestiones jurídicas, mira tú qué mal.

Los secretarios habilitados pudieron optar a la movilidad, por segunda vez en la historia de la Administración Local de Navarra desde que se aprobó la L.F. 6/90, pero el vértigo de semejante avance devolvió al sistema a la paralización: los mareos por los cambios radicales debieron ser tan intensos que alguien no los pudo soportar.

Todo el mundo a sus camas de reposo con la gasita tibia de un posible nuevo y perfecto, esta vez sí que sí, Mapa Local.

En otra borrachera de autoestima y autocomplacencia, el Gobierno prometió un proyecto de Ley Foral antes del 30 de septiembre de 2012. Ayer, como quien dice.

Hoy, 2018, el patio de vecinos sigue sin ese nuevo Mapa Local que lo ubique entre los confines del universo todo.

En esta última convocatoria se elaboró una lista con los aspirantes que aprobaron el primer examen de la oposición. Dando como resultado que los secretarios interinos sí han podido optar a cambios de puesto de trabajo, y quienes aprobamos la oposición, no. Vaya una vaina.

Mi derecho a la movilidad quedó expropiado. Touché.

Paradojas navarras: otro gran producto local tan de la tierra como sus espárragos que se conserva fresco sin envasado.

Se ha propuesto al Gobierno de Navarra como solución temporal, ¿hay alguna que no lo sea?, la posibilidad de ejercer la movilidad a través de comisiones de Servicio. No ha triunfado la propuesta por pudor: “Sería desvestir un santo para vestir otro”. Dijeron. Todos tapaditos con cuello vuelto.

Calladita estas mejor, linda criatura, ten paciencia y rézale al Santo Mapa Local a ver si por fin se aparece en este patio de vecinos con una nueva convocatoria de reunión. Primer orden del día: pintar la fachada con nuevas plazas. Un fiestón.

Caso de que tan bendito hecho no se produzca por falta de aspirantes o negativa papal, habrá que modificar la L.F. 4/2011 y otra vez en la casilla de salida.

No inquietarse, en el juego de la oca de la política autonómica comienza una legislatura en cada puente.

Mientras los interinos juegan a que se los lleve la corriente, los fijos nos quedamos atracados en la orilla.

Mama, quiero ser interina.