José Javier Casado Rubio, el secretario de la transición en Santa Perpètua de Mogoda

La I Jornada del Centre de Recerques i Estudis Mogoda celebrada en el año 2007 buscó el acercamiento al periodo de la Transición a través de los recuerdos personales de los protagonistas del cambio en la localidad. En el trabajo se recoge la experiencia profesional del secretario municipal en Santa Perpètua de Mogoda durante el último consistorio franquista y el primer democrático. José Javier Casado dirigió la transición como representante del Estado en un momento en que política y organizativamente todo estaba por hacer.

Francisco Franco estaba cerca de su final y el país se preparaba para un cambio en el sistema de gobierno después de casi cuarenta años de dictadura.

El secretario municipal José Javier Casado Rubio nació en Logroño el 14.8.1933, estudió asistente técnico sanitario (ATS) en la Universidad de Valladolid y, más tarde, derecho en Zaragoza. Ambas carreras, las hizo por libre, es decir, preparando la teórica en casa y examinándose en la facultad en junio. El ingreso en el cuerpo de Secretarios, Interventores y Tesoreros del Estado, por oposición, en 1959, fue consecuencia de los consejos de un familiar, concretamente un tío rector de una parroquia vecina. Conocedor del mundo local y de la vocación del joven Casado por las leyes, lo puso en contacto con el secretario del pueblo donde ejercía sus tareas pastorales. Este le animó a dedicarse a la profesión y, le informó que en Soria era donde más vacantes había, entró en contacto con el Gobierno Civil desde donde fue enviado a Huerteles Taniñe, cerca de San Pedromanrique. Allí ocupó la plaza como secretario habilitado, comenzó a estudiar derecho y se presentó a las primeras oposiciones, primero como secretario de 3ª categoría, seguidamente preparó las de 2ª (superadas en 1967) para, finalmente, optar y aprobar las de 1ª categoría (1973).

En la Rioja estuvo destinado a los pueblos de Cárdenas y Cordovín, cerca de San Millán de la Cogolla, pueblos de muy poca población en los que la falta de infraestructuras y recursos, lo llevó a ejercer de secretario municipal, secretario del Juzgado de Paz, secretario de la «Hermandad de Labradores y Ganaderos», ATS y delegado de la farmacia más cercana para dar atención a la población. Luego pasó a Montalbán, donde ganó la oposición de 1ª categoría y fue a ocupar la plaza de secretario en la Almunia de Doña Godina. A Santa Perpètua de Mogoda, llegó en mayo de 1975 y estuvo hasta 1982 en que marchó a Manresa y posteriormente Girona.

Hombre activo, además de ocupar su cargo de secretario municipal en diferentes poblaciones del Estado, ha sido profesor de la Escuela de la Administración Pública de la Generalitat y colaborador en publicaciones especializadas en régimen local, concretamente el Reglamento de personal de las entidades locales. La figura y las funciones del secretario municipal son ahora muy diferentes de las de los ayuntamientos franquistas y varía mucho si es un municipio pequeño o grande. La organización municipal ha sido siempre muy uniforme, podían variar el número de concejales según el número de habitantes, pero en cuanto al funcionamiento ha estado bajo una ley uniforme.

El secretario en la época de Franco era el motor del ayuntamiento: Jefe de los servicios administrativos, coordinador de los servicios municipales, jefe de personal y asesor jurídico, con la obligación de advertir la legalidad / ilegalidad de todos los acuerdos que se adoptaran. Esta obligación era la que nos había convertido en una especie de delatores, pues advertíamos al Gobierno Civil.

A medida que fueron evolucionando los municipios democráticos los secretarios perdieron la figura de jefe de personal, de coordinador de los servicios municipales, manteniendo la función de asesor jurídico realizando informe jurídico de todas las decisiones municipales y, en las cuestiones importantes que marca la ley, quiera o no el alcalde. La diferencia es que si se hace algo no legal, tú lo dejas por escrito pero no tienes que ir a decirlo ninguna parte. Tú dejas constancia en el expediente administrativo y la responsabilidad es del equipo de gobierno.

Los grandes municipios han creado otras figuras: técnicos especialistas, coordinadores, cargos de confianza … de manera que la figura del secretario ha quedado reducida a la de fedatario público, redactor de las actas y certificador de los documentos que expide el ayuntamiento. Antes asistía a las comisiones de gobierno, ahora ni eso, asiste a juntas de gobiernos, plenos y realiza la asesoría jurídica en las materias donde es preceptivo su informe.

 

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