Fusilado tras la Guerra Civil

Miquel Pla Coll

(Fortià, Alt Empordà, 4 de mayo de 1908 – Girona, 12 de agosto de 1939), fue un sindicalista y secretario municipal de varios municipios.

Cursó sus estudios en la Institución Agrícola de Fortianell, regentada por los hermanos de la Salle de la Institución Agrícola Saint Joseph, de Limós. Una escuela destinada a los hijos de propietarios rurales para que modernizaran las explotaciones familiares.

Con la llegada de la Segunda República, con 23 años, fue elegido alcalde provisional y presidente de la Junta de Defensa de la República en abril de 1931. Fue uno de los impulsores de la juventud republicana de Fortià.

Su padre ocuparía la alcaldía a partir de mayo de 1931 como vencedor de las elecciones municipales en Fortià. Ese mismo año fue el presidente provisional del Centro Agrícola y Social de Fortià hasta la formación de la junta elegida por los socios el mes de septiembre.

Fue miembro fundador de la ASA, en representación de Fortià, y vocal de su primera junta directiva y firmante del manifiesto para retener la mitad de la renta pactada con los propietarios en agosto de 1932. También fue candidato de la Izquierda Federal agraria Obrera en el Parlamento de Cataluña en las elecciones de 20 de noviembre de 1932. Fue elegido en 1933 para representar los campesinos sin tierra a la Junta Agraria de Girona.

A finales de 1933 accedió al cargo de secretario municipal de Fortià después de haber trabajado los años anteriores al lado de su padre para agilizar la administración municipal y la construcción de la Escuela Teresa de Pallejà.

En 1934 entró en el mundo de la masonería en la logia la Luz de Figueres, de la que formaba parte su tío Enrique Pla Salleras. A raíz de los Hechos de Octubre de 1934 fue detenido y perdió la secretaría de Fortiá y la del Ayuntamiento de Santa Llogaia d’Àlguema.

En febrero de 1936 volvió a ocupar su plaza interina en Fortià. El mismo mes también ocupó el cargo de secretario de Sant Pere Pescador, donde su suegro Joan Costabella Torres era alcalde.

A partir de entonces la familia se instaló en Sant Pere y Pla tuvo un papel clave en la población una vez estallada la guerra y la revolución. En noviembre de 1936 sería destituido de su cargo en Fortià y centró sus esfuerzos en el municipio de Sant Pere Pescador con la redacción de la Carta Municipal para municipalizar la propiedad y eliminar la explotación en el trabajo. Como miembro de la Confederación Nacional del Trabajo representó los campesinos del municipio los Plenos Regionales de la CNT de 1936 y 1937. A raíz de los sucesos de mayo cayó en desgracia y consiguió la secretaría de El Vendrell. Allí afiliaría en 1938 al Partido Sindicalista.

En enero de 1939 fue detenido por las autoridades franquistas, pero fue puesto en libertad gracias al testimonio de algunos vendrellenses por la buena labor realizada al frente de su ayuntamiento. Poco después de ser puesto en libertad se dirigió a San Pedro Pescador para reencontrarse con su mujer y sus dos hijos. Sin embargo, sería detenido en la Estación de Francia por la delación de un fascista Santperencs que lo reconoció. De la Cárcel Modelo de Barcelona fue enviado al Castillo de San Fernando de Figueres, para ser juzgado y condenado a muerte el 13 de mayo de 1939. Poco después quedaría viudo por la muerte por enfermedad de su mujer Dolores Costabella (1909/39). Miquel Pla, de 31 años, fue ejecutado en el Cementerio Municipal de Girona el 12 de agosto de 1939, (a las cinco de la mañana) junto con 33 otros hombres, por parte de un comando del Tercio del Requeté de Álava.

El año 2019, en recuerdo y homenaje a la figura de Miquel Pla Colls, el municipio de Fortià aprobó el nombre de una plaza con su nombre justo al lado de la antigua sede de la Casa de la Villa, situada sobre la sacristía de la iglesia de San Julián y Santa Basilisa de Fortià. En marzo de 2020 se aprobó entregar a título póstumo el Sello de Fortià a sus hijos Encarnación y Francesc Pla Costabella.

Artículo del historiador Pol Meseguer Bell del Blog Historia de Fortià