Nace en Pamplona (Navarra) el 27 de mayo de 1898. Abogado, ingresa el Cuerpo de Secretarios para Ayuntamientos mediante oposición en el año 1925.

Ocupó el cargo de secretario del ayuntamiento en Bujalance durante la dictadura de Primo Rivera. Llegada la II República tras una breve estancia en Málaga vuelve como delegado gubernativo por la demarcación de Bujalance, Cañete de las Torres, El Carpio, Pedro Abad. El Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera lo nombrará como secretario del mismo el 13 de junio de 1932.

Alcanzará un alto prestigio tanto en Aguilar como en Córdoba capital. Esto le permitirá cultivar amistad con el abogado aguilarense Rafael Aparicio de Arcos, el catedrático Antonio Jaén Morente o el alcalde de Córdoba Manuel Sánchez Badajoz. Impartió conferencia sobre la sobre “La futura Ley Municipal” y “La Reforma Agraria». Participó como secretario de mesa en la Asamblea Andalucista de finales de enero de 1933 celebrada en Córdoba.

Ciria ejerció durante un tiempo el cargo de vicepresidente del Colegio provincial de Secretarios, Interventores y Tesoreros, ya que en representación de éste participó en el homenaje que en Córdoba se hizo al secretario de la Diputación, Filiberto López y López.

De su actividad intelectual también da prueba la publicación de un interesantísimo artículo en “El Sur”, en Julio de 1932. Estos contactos le hicieron el ser un ferviente simpatizante socialista.

El comienzo de la guerra civil, la tarde del 18 de julio, le sorprendió en Córdoba, al ser comisionado por el Ayuntamiento de Aguilar para recabar información sobre el levantamiento militar acaecido en Marruecos. Por este motivo se encontraba en la sede en Gobierno Civil. Con la toma de éste por las sublevados fue detenido y posteriormente traslado al cuartel del Marrubial donde saldría para ser fusilado, en Cordoba,  el 4 de agosto de 1936.

En el informe de ejecución dice lo siguiente:

“Se le conocía como militante y propagandista del Partido Socialista, realizando por los pueblos viajes de propaganda…”.