Un joven mata a tiros de escopeta a dos personas y hiere a otras 17 en La Zarza
Los hechos tuvieron lugar sobre las 13.30 horas del dia 23 de agosto cuando el joven Feliciano López Corbacho, de 23 años, salió de su casa situada en la calle del Pozo con dos escopetas de caza y se dirigió a la calle principal del pueblo en donde jugaba en ese momento un grupo de niños.
Sin hacer ningún comentario, el joven disparo contra el grupo e hirió a siete de los niños que allí se encontraban. Uno de los pequeños, Antonio Javier, de ocho años de edad, resultó herido de gravedad, tres sufrían heridas de pronóstico reservado y otros tres resultaban levemente heridos.
El autor de los disparos prosiguió su camino, indiferente a los gritos de dolor y angustia de los niños, y recorrió unos 600 metros a lo largo de la calle en dirección a la plaza del Ayuntamiento. En el trayecto, el agresor, que recargaba sus armas a medida que las utilizaba, efectuó un número indeterminado de disparos e hirió a otras diez personas que, asustadas, intentaban protegerse como podían.
Cuando el agresor se encontraba en la plaza del Ayuntamiento efectuó un nuevo disparo contra Benito G. G., de 61 años, obrero del campo, que volvía montado en una mula de sus faenas agrícolas y que no se había percatado de lo ocurrido. El disparo le causó la muerte de forma instantánea.
Posteriormente, el secretario accidental del Ayuntamiento, Julián Mayordomo Avilés, de 61 años, al ver cómo Feliciano López seguía disparando salió del edificio municipal tras decir que él conocía al joven por lo que iba a intentar convencerle, según ha indicado Alfonso Mancebo, concejal de Zarza de Alange. El secretario logró acercarse hasta unos cinco metros de Feliciano y habló durante unos momentos con él sin que pudiera lograr hacerle entrar en razón. Según otras versiones llegó a intentar arrebatarle las armas. Al comprobar que era imposible, el secretario intentó marcharse pero, al darse la vuelta, el agresor le mató de un disparo en el costado.
Tras el aviso por los vecinos al puesto de la Guardia Civil de Villagonzalo, situado a cinco kilómetros, una pareja de la Guardia Civil se desplazó al lugar de los hechos, y según algunos vecinos, el agresor entregó sin resistencia sus armas a uno de los guardias civiles que se acercó al joven protegido por el otro agente.
Inmediatamente el agresor fue trasladado a Villagonzalo y de allí a Mérida, antes de que los habitantes del pueblo pudieran reaccionar, aunque alguno intentó golpear al joven cuando se lo llevaban detenido. El agresor manifestó que lo había hecho por estar parado y no cobrar subsidio de desempleo como otros.
Según parece, el detenido estuvo internado hace dos años en un hospital psiquiátrico después de que, tras la muerte de su padre, hiriera con un cuchillo a su madrastra. Tras permanecer tres meses internado regresó a su domicilio en el que vivía solo.