Asesinado el secretario del Ayuntamiento de Chella
Agustín Granero Sarrión, alias «El Chato» nació en 1863 en Chella.
El chato pasó de ser un malhechor común para convertirse en un instrumento del caciquismo influyendo mucho en la vida política del distrito de Enguera. Los caciques le proporcionaron protección a cambio de sus servicios convirtiéndose en encubridores y responsables de los actos del roder cometidos desde aquella fecha.
Por entonces, la familia de los Ribelles se había echo con el Ayuntamiento de Chella y protegían al Chato para que les ayudase con sus asuntos. Solo una persona se opuso a aquella desfachatez, el que era el secretario de la corporación municipal D. Vicente García Laurón, que debido a su oposición fue cesado y reemplazado por D. Victoriano Talón.
El exsecretario, no quiso que las cosas quedasen así y trabajó duro consiguiendo que a los cincuenta días de la llegada de los Ribelles al poder, fuese suspendido aquel ayuntamiento. Por este acto, el señor García Laurón y todos los que les reemplazaron en el ayuntamiento fueron declarados contrarios a los Ribelles.
Al ver que el ayuntamiento no volvía a manos de sus aliados y que la culpa era del exsecretario García Laurón, el Chato decidió tomar cartas en el asunto. La víspera de la toma de posesión del nuevo ayuntamiento, 1 de Febrero de 1900, escondido en la casa de uno de los parientes de los Ribelles, situada en la Plaza de las Malvas, esperó a Vicente García, que según le habían contado tenía que pasar por allí. Al anochecer, el exsecretario apareció en compañía de su sobrino de 22 años, y nada más hacerlo el Chato disparó como era de costumbre dos tiros uno de los cuales entró por el vientre y salió por la espalda, el otro le alcanzó en el brazo derecho, su sobrino desenfundó un revolver que llevaba disparando varias veces al agresor que al huir precipitadamente logró no ser alcanzado por las balas. Periódicos de toda España se hicieron eco de aquel suceso. La Guardia civil detuvo a Pedro y Vicente Granero a Jaime Ribelles y a Bautista Gimeno por complicidad en el crimen de García Laurón, también se le incautaron a Pedro, hermano de Agustín, una escopeta y un revolver de 6 disparos. Fueron puestos en libertad provisional unos meses después.
Era conocida por entonces la protección de la que el Chato disfrutaba por parte de los caciques, pero al parecer su influencia llegaba mucho más lejos de lo que se pensaba tal y como se publicaba en el diario El País el 16 de Junio de 1901, pues parece que el gobernador envió:
«un oficio al alcalde de Chella ordenándole se personase en el Gobierno de provincia el día 13 del actual y doce horas del mismo, juntamente con los dos tenientes de alcalde, concejal D. Hilario Martínez Sanmartín y secretario de la Corporación para tratar da asuntos del servicio. «
Solo se habló con el alcalde a quien se le dijo lo siguiente:
«Señor alcalde: en la próxima sesión espero presente la dimisión de sus cargos pues de no hacerlo procuraré se acuerde usted de mi»
El alcalde se negó rotundamente a satisfacer el capricho del gobernador, cuyas intenciones no eran otras que devolver el mando a los asesinos de García Laurón, llegando incluso a ordenar a la Guardia civil cesara la búsqueda del Chato por «creer» que ya se había fugado al extranjero cuando la realidad es que campaba a sus anchas por el distrito de Enguera.
Hacía ya tiempo que el Chato no había intentado matar a nadie en parte por las gestiones que hasta entonces habían mantenido el alcalde D. Ramón Granero y el secretario D. Francisco Pizcueta, pero la calma no duraría mucho. El la madrugada del 23 de Septiembre de 1901 estando el Sr. Pizcueta en la cama junto a su esposa y un hijo de corta edad, el Chato desde la calle, disparó dos veces a la ventana en dirección donde dormía el secretario, las balas atravesaron la madera de la ventana e impactaron en la cabecera de la cama a pocos centímetros de donde estaba el secretario.
Con las presiones que desde gobernación se venían haciendo y los trámites políticos que los Ribelles pusieron en acción, al poco tiempo, consiguieron la destitución del ayuntamiento nombrándose una corporación afín al bando con Laureano Ribelles como alcalde. Al fin habían vuelto a tomar el poder.
Autor: Rafael Fayos Jordán
Fuentes: Diarios de España entre 1900 y 1907
Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.