Emilio Rodríguez Mateos, el cacique de Peñaparda
La tragedia en la familia del cacique Emilio Rodríguez Mateos, secretario municipal, se inició con la persecución de Felipe Benito Hernández, apodado “el Cubano” o “Mena”, para lo cual se sirvió de su propio hijo Félix Rodríguez Martín, jefe local de Falange.
Felipe había vuelto de la emigración a Cuba, de ahí su sobrenombre (en alternancia con el de “Mena”, por llamarse su madre Filomena). Había hecho considerables ahorros. Se había casado en segundas nupcias con Catalina Rodríguez Martín (hija del secretario municipal y hermana del jefe local de Falange y jefa ella misma de la Sección Femenina). No tuvo descendencia en ninguno de sus dos matrimonios y en el momento de la represión estaba separado de Catalina Rodríguez, además Felipe Benito era concejal socialista y no dudó en apear del cargo de secretario a su suegro.
Éste se resarció con la ayuda de su hijo Félix, quien se quedó con gran parte de la hacienda de su cuñado Felipe, mediante el recurso de las multas (34.000 pts.), antes de organizar su bárbaro asesinato, ejecutado por los habituales victimarios locales y de Villasrubias (09/09/36).
Emilio Rodríguez Mateos, secretario municipal de Peñaparda, represor, procesado (C.728/37) y condenado a muerte en consejo de guerra (18/09/37), pero conmutado, a diferencia de su hijo Félix Rodríguez y su yerno Julián Collado.
Felix Rodriguez, ejecutado por sentencia del consejo de guerra el 10 de marzo de 1938, como jefe local de Falange fue responsable de las ejecuciones extrajudiciales de Peñaparda, aunque más que por sus crímenes, fue juzgado por las extorsiones y robos realizados.
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