Poeta en la Sierra de Segura, José Antonio Villar Mercado

 

José Antonio Villar Mercado, Poeta y funcionario de habilitación nacional.

Nació en Santa Elena (Jaén) en 1956 y a los siete años trasladaron a su padre a la provincia de Cuenca, donde vivió durante 10 años. Después fue a Barcelona, donde pasó siete años, y en 1980 aprobó las oposiciones de Secretario de Ayuntamiento.  De 1980 a Septiembre del 81 ejerció de Secretario del Ayuntamiento de Arquillos (Jaén), pasando después al Ayuntamiento de Segura de la Sierra (Jaén), donde desempeñó el cargo durante más de 37 años hasta su jubilación.

Empezó a escribir poesía con diez años y tiene publicados los siguientes libros:

«Equilibrios para soñar mañanas».  (Poesía)

«Veinticinco conjuros contra el frío». (Cuentos)

«Historias con pe de pueblo».

«El quicio del rumor».

«Ejercicios de lengua para lenguas sin pelo».

«Ne recorderis», Novela 2019

 

Tenía fama de ser un buen animador en cuantas reuniones, charlas o conferencias participaba, por su verbo fluido y jocoso.

Fallecido el 28 de enero de 2021, a los 66 años de edad.

 

Poesía a Soria

Hay cosas que los árboles del Duero
tan sólo a los poetas se las cuentan
y el murmullo del río en sus oídos
pone acento de mitos y leyendas.

Leyendas que nacidas en la nieve
van con el viento recorriendo sierras
donde el agua se hace cristalina
saltando alegre las oscuras peñas.

En los otoños fríos y tranquilos
entre las ramas y las hojas yertas
discurre mansamente por el Duero
el agua brava que en Soria se sosiega.

Hubo un poeta allí que hizo caminos
meditando por trochas y veredas
y soñó que con Dios, hablando solo,
honestamente conversar pudiera.

Era en el buen sentido un hombre bueno,
pintor inmenso de Castilla inmensa,
de abiertos campos y pinares verdes,
de alcores grises y cárdenas roquedas.

La flecha del amor lanzara el Duero
al corazón sensible del poeta
y fue feliz en las mañana frías
al lado de Leonor, su compañera,
compartiendo silencios y palabras,
alegría, esperanzas y tristezas.El destino fue cruel, trajo la muerte,
llevándose a Leonor a las estrellas
y Don Antonio como el olmo viejo,
hendido y roto se quedó en la tierra.Caminante, si buscas los caminos,
si andas en pos de las profundas huellas
que por Soria dejó Antonio Machado,
llénate de poesía la maleta
y vete a La Ballesta, donde el Duero
va cargado de mitos y leyendas.
© José Antonio Villar Mercado.