Lorenzo Pérez Temprado, arqueólogo

Épila (Zaragoza), 11.08.1865 – Fábara (Zaragoza), 10.12.1954. Arqueólogo y secretario de Ayuntamiento.

Nació en Épila. Hijo de maestro de primera enseñanza. Trabajó en el “Diario de Avisos” mientras cursaba la misma carrera en Zaragoza.

Trasladándose en 1890 a la Puebla de Híjar donde trabajó como maestro y a los dos años pasó a ser secretario de Ayuntamiento de la misma localidad hasta 1897; desde esta fecha y hasta 1921 lo fue de Mazaleón, año en que se incorporó al Ayuntamiento de Fábara, municipio en el que se jubilará voluntariamente en 1932. Compaginó su empleo municipal con el estudio de la cultura, la historia y sobre todo la arqueología de los pueblos del Bajo Aragón.

Fue uno de los fundadores y redactor-administrativo del Boletín de Historia y Geografía del Bajo Aragón de corta vida (1907-1909), cuya difusión impelió al Institut d’Estudis Catalans (Barcelona) a excavar en la zona bajo la dirección de Bosch Gimpera entre 1914 y 1923. Pérez Temprado les facilitó la localización de varios yacimientos e incluso dirigió directamente la excavación de algunos de Mazaleón (Les Escodines Altes y Baixes, en 1915 y la Necrópolis y poblado de San Cristobal y Piuró del Barranc Fondo en 1916 y 1917) y Caspe (La Tallada o Rocatallada y Palermo en 1916).

Prospectó entre Cretas y Calaceite Els Castellans y en Chiprana y Caspe en 1916. En 1917 descubrió las pinturas rupestres de Els Secans y en 1920 las del Salbime.

Los materiales de estos yacimientos llegaron al Museo Arqueológico de Barcelona (Actual Museu d’Arqueologia de Catalunya).

La Junta Superior de Excavaciones Arqueológicas le nombró para excavar Azaila (1918 a 1922), Roquizal del Rullo(1923-1924), Singlos de la Muntfalla, ambos en Fabara (1925-1928) y Tossal del Moro de Pynyeres (Batea). Los dos primeros los excavó y publicó con Cabré Aguiló, entregando los materiales al Museo Arqueológico Nacional. Los yacimientos que prospectó y/o excavó recorren un amplio espectro desde época paleolítica a época romana, aunque fueron los pertenencientes a la cultura de los Campos de Urnas y los ibéricos los que han tenido mayor trascendencia. Otro mérito fue poner en valor y hacer que se respetase el mausoleo romano de Fabara. Fue el padre de Luis Pérez Fortea, activo restaurador del Museo Arqueológico Nacional y estrecho colaborador de Cabré. Al final de su vida publicó algunos yacimientos inéditos con su nieto Enrique Vallespí, quien tras su fallecimiento continuaría dicha labor.

Fue corresponsal del Club Montanyenca en Barcelona (1914), correspondiente de la Real Academia de la Historia (1919), de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza (1924), de la Institución Fernando el Católico (1946), miembro de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria (1927). En 1902 recibió el Premio de los Juegos Florales de Zaragoza por su trabajo “Sobre el sello e historia de la villa de Mazaleón” y dicho Ayuntamiento le rindió un homenaje en 1927.

Tiene una calle en Fabara.