Fusilado en la Guerra Civil

Las cartas de Justo Ajuria Álava, Secretario del Ayuntamiento de Sondika (Bizkaia) y que, a pesar de limitarse a realizar los trabajos burocráticos que le exigía su cargo, fue fusilado por un delito de auxilio a la rebelión. Además de un escrito enviado al tribunal que lo condenó como ampliación y explicación de su conducta completamente apolítica, y previendo su inminente ejecución, remitió sendas cartas a un tío suyo y a su mujer.

En la primera, Ajuria demuestra una generosidad impactante al perdonar a quienes le han sentenciado, incluso sabiéndose completamente inocente. «No tengo ni poseo en este momento animosidad alguna ni abrigo rencor ni adversión a nada o a nadie; perdono a todos cuantos me hayan podido causar daño alguno, incluso a los causantes de esta situación y a cuantos hayan colaborado en alguna forma, directa o indirecta, en la misma», escribe.

La familia

«Cuida bien de los niños»

En la segunda carta, se despide de su pareja: «Adiós mi querida esposa, cuida de los niños bien, que es la única pero mejor herencia que te he dejado con el trabajo honrado». Además, en un tercer texto escrito señala lo siguiente, que da idea de la situación que se vivía en las prisiones: «Voy a terminar a las diez y media de la noche estas líneas que no sé si serán las última pues, por la forma de llevar a los que fusilan en Derio, no dan tiempo ni para cambiarse, pues les sacan a patadas sin consideración a momentos tan trascendentales y quiero tener todo listo para que este último aliento, esta última impresión, llegue fresca y sincera».

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